Jane Eyre
Charlotte Bronte fue una mujer igualmente exponente
de la incipiente rebeldía de la mujer de su tiempo, y posterior a la época de
Austen, no dejan de ser claras exponentes dentro de la novela rosa. La
incipiente novela romántica clásica por excelencia, en Charlotte si que posee
un cierto toque novedoso, pues es precursora e innovadora en la forma de pensar
y de actuar de sus protagonistas.
La novela en un principio se publicó con un
seudónimo, con toques autobiográficos, debido a un amor secreto de la autora,
que se ve reflejado de manera automática en la obra. Quizás sin saberlo de
manera acertada, pues tuvo un gran éxito desde el principio. No se libró de cierta polémica por las ideas
precursoras del feminismo y la psicología moderna, (aunque tuvo antecesoras que
ya habían puesto la semilla, destaca muy anteriormente la filósofa y escritora
Mary Wollstonecraft, incluso la propia Jean Austen).
Pero en mi humilde opinión personal puede
que “Jane Eyre” guarde de las escondidas y ciertas reminiscencias ancladas en evocaciones
al pasado, aspectos novedosos, ideas iniciales en la novela romántica - gótica.
Incluso me atrevería a decir que esta obra es un eslabón transitorio de este género,
a la narración que asoma en términos del terror moderno. Charlotte utiliza en
“Jane Eyre” recursos novedosos para su época, como el susto, el sobresalto, el
temor y la angustia hacia hechos repentinos, encuentros fortuitos que forman
parte esencial para el transcurso y sentido espontáneo, original al producto de
su creación literaria.
Hay aspectos incisivos y cáusticos a esta
categoría, ya que la acción se desarrolla en lugar de un castillo, en la
mansión de Tornfield. La protagonista, Jane, nada más llegar a ella, escucha en
el tercer piso una risa desdichada y asombrosa. Esa misma risa siniestra reaparece justamente
una noche en la que Jane escucha rasguños inexplicables que le provocan alarma
y aviso de que la habitación del señor esta ardiendo, con el dentro. La construcción
no deja de tener una cierta intriga misteriosa que la envuelve en innumerables
ocasiones, de esas emociones por momentos llenas de pasiones desenfrenadas, privadas
desafortunadamente por los infortunios que se van desarrollando. Misterios que
aparecen repentinos. Hechos desgraciados del pasado, llegando a ser en ocasiones
crispantes. Cuando una felicidad ilusionada, un casamiento casi hecho realidad,
que parece que pudiera ser eterno, se diluye tras los acontecimientos más
inesperados. Personajes y sucesos inoportunos, que la arrebatan su amor por
momentos. Esos sueños agitados, envueltos de loca pasión entre si, se ven envueltos
en secretos concernientes al señor, del cual, Jane no pierde el hilo de ciertas
intrigas, que envuelven al entorno de la residencia y al enigma sigilante del ser
del que se enamora.
Confidencias de este, comprometidas y reservadas.
Hechos del pasado que en ciertos momentos parecen malévolos. Toques que aluden
más al misterio y la perversión del noble caballero, que aunque se irán
aclarando de tal confusión, en ciertos momentos dan la impresión de que solo se
agrandan.
Un aspecto curioso en la vida de Charlotte
Bronte es que la afición a la escritura de esta le viene de familia. Entre sus
hermanos y hermanas comienzan a crear desde su infancia mundos imaginarios e increíbles,
lugares fantásticos, creados por jóvenes ilusionados, como el reino de Angria.
Ideas estas trabajadas desde la niñez, la ayudarán posteriormente a su
sorprendente ingenio. Reproducciones nacidas desde tal creatividad que se ve
reflejada en su profesión más primordial, para su recuerdo estimado de gran
novelista en la posteridad. Un ejemplo del arraigo y la solvencia familiar en
su casta innata de escritores prestigiosos, aunque no es el único pero si el
más conocido, esta en Emily Bronte con su novela “Cumbres borrascosas”. Otra
casualidad es que murió de tuberculosis al igual que sus dos hermanas
escritoras y las dos mayores. Enfermedad no obstante muy habitual en su época.
Al igual que Jeane Austen, le costará
anclarse en un amor definitivo, pues tuvo varios amores secretos, posiblemente
al igual que Austen, pero acabará casándose con el cuarto hombre que le pida en
matrimonio. A Austen no le salio igual de bien, pues murió soltera en
Wichester, Inglaterra.
Charlotte Bronte, otra comisionada digna de
una época en donde ser mujer escritora y con sentido liberal y psicológico, no
dejaba de tener su merito. Una precursora en la exploración de la novela romántica-gótica,
que rastreo y analizo unos mundos nuevos para experimentar el terror en los
nuevos relatos que juntándose en forma caprichosa, los unos con los otros,
indagaban en la procedencia de un fresco e inédito miedo. En el pánico y el
espanto, al encontrarnos con el verdadero interior que se nos esconde muy
adentro, ese que solo encontramos normalmente, cuando la historia llega al fin
del poco sentido que pueda encóstrasele ya, desde el ocaso oscuro de nuestras
siniestras vidas.
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