martes, 28 de agosto de 2012

Oscuridad en "Las Quemadillas"


Hoy al levantarme he ido a desayunar antes de entrar a trabajar y viendo el diario de mi ciudad, Córdoba, se me agria el café y las tostadas, y de que manera, nunca me había sentado tan mal la primera entrada alimenticia del día. El titular del diario es el siguiente: “La investigación da un giro inesperado” “Otro informe apunta a que Bretón mato e incinero a sus hijos”.
Lo primero que se me pasa por la cabeza es si el infierno no estará en este mundo, si el verdadero y único mal esta entre nosotros. El dolor se me transmite por mi cuerpo solo con pensar en lo que leo. Primero por los niños, luego por su madre. La que sigue en ese infierno en este mundo, lamentablemente es su pobre madre, ya que el asesino debe de ser peor que el diablo que nos presentan, y si existe debe de ser uno de sus mejores compinches, un hijo predilecto del mal pues el horror supera todo lo imaginable.
Otra de las cosas que se me pasan por la cabeza es el dolor de esa madre. ¿Quien o que podrá consolarla? Se que lo que escribo no es del agrado de ser leído por nadie. ¿Pero no habrá que pararse a pensar en los demás un pequeño momento del día ante estos hechos? La empatía hacia los demás es necesaria, pues es un motor de vida humana que nos hace progresar en el mundo, el remedio a no aniquilarnos los unos a los otros. ¿Aunque como ponerse en el lugar de esa madre que hoy sufre? ¿Quien puede decir que la entiende desde su dolor, si es un dolor que no tiene límites? Nadie puede decir que la entiende, pues hay que estar en estos casos en su pellejo, y ese es el peor que le puede pasar a un ser humano ya sea padre o madre.
Luego esta el presunto culpable, hasta que no se tenga pruebas del ADN, la línea de la investigación lleva a un horno crematorio donde los cuerpos fueron calcinados en una plancha metálica con ladrillos. Después se cree que parte de los restos fueron arrojados a un contenedor. Según la prensa en el maletero del coche de este presunto, se encontraron somníferos, cintas aislantes, cuerdas y un cuchillo. Todo minuciosamente pensado por una mente no solo maléfica, sino retorcida. También esta que el presunto culpable puede tener un coeficiente de inteligencia según los expertos muy superior a la media de la población. Esto me lleva ha hacerme preguntas sin fin. ¿Esta bien regulado el código penal, la justicia, es necesaria una reforma penal? Un ser al parecer que hace algo así con sus hijos no puede tener entrañas. ¿Cuando cumpla la pena, que, más de lo mismo? Si se carece de conciencia, no podrá estar a sus anchas por el mundo, pues es un peligro manifiesto para los que le rodean. ¿Si esto pasa con sus hijos, que les puede pasar a los de otro, con los que este individuo pueda creer que le debe algo personal? Mejor que un ser así se pudra en la cárcel para el bien de todos.
Llevo todo el día que no puedo quitarme algo así de la cabeza. Es difícil pensar y reflexionar al respecto. ¿Y sin darnos cuenta todos podríamos ser un monstruo en un momento dado? El mal a día de hoy con estos hechos da a entender que no tiene límites. Para colmo encuentro una palabra del sitio donde quizás se comete el asesinato, que me hace pensar en una ironía diabólica de destino, pues este lugar recibe el nombre de: “Las Quemadillas” a las afueras de Córdoba. ¿Será cosa pensada desde el principio, por el mismísimo diablo? Quizás sea una coincidencia, posiblemente, pero a medida que uno junta y ajusta dato por dato de todo esto, desde el principio a forma de puzzle, se encuentra una imagen de lo más macabra del mismo, como si fuera obra de alguien superior al hombre y que disfruta viéndolo sufrir.
Pido disculpas para quien se haya sentido molesto con este texto, este comentario, sobre lo que he visto en el diario de hoy. Pero pensaba que reflexionar sobre las atrocidades que nos depara este universo es bueno analizarlas de vez en cuando, desde otros puntos de vista. ¿Si el hacernos preguntas sobre lo que no se puede comprender igualmente, es humano, o no lo es? Ver que en mi ciudad pueden pasar estas cosas me deprime aun más, pues me hace discurrir, hacerme ideas falsas, a la vez que verdaderas, no encontrar una respuesta, sobre si mi tierra es una tierra de monstruos, o si los monstruos salen de donde menos te lo esperas. ¿Si se mama de la tierra en donde uno vive, o se bebe de su madre, de sus hermanos, del pueblo, de donde? ¿Como se ancla y hecha raíces el odio sin límites? ¿Es de la hostilidad de esa tierra de donde provienen sus gentes? Si fuera esa la respuesta me sentiría sucio, inmoral y ruin. Tengo un nudo en la garganta, quizás muchos lo tengan a día de hoy. He ido un momento al servicio y me encierro en el a descargar mis sucias lagrimas, pues se me desborda la capacidad después de pensar, no poder entender o asimilar tanto mal, me crea un desconsuelo y agobio enorme. ¿Como apoyar a esa familia que lleva meses y meses sufriendo esto? Quizás el tiempo ante esta catástrofe, no importe tanto, pero y los días de incertidumbre que lleva a sus espaldas esa madre. ¿Nos paramos por un solo segundo, el segundo tras segundo que ella pasa, de lo que lleva ya esa criatura? ¿Es mejor mirar a otro lado y no pararse a pensar, pues no te ha pasado a ti? No, no creo que esa sea una buena idea. Como he dicho antes, la empatía no es martirizarse a uno mismo, es pararse a ver lo que pasa a nuestro alrededor, y es lo único que podemos hacer por el momento, sentirnos un poco más humanos, estando y apoyando como podamos a esas personas que les ha tocado directamente, en primera línea.
Mi pesar no solo a su familia, sino a los onubenses, pues la madre es de allí, y cordobeses que lo han vivido más de cerca, a todos los de este país, y de todas las partes de este mundo que han sabido al respecto. Ojala llegue el día en que los seres humanos pensemos en el prójimo un poco más, por mucho daño que creamos que nos hicieron. Pero otra incomprensión total, ¿que daño le hicieron sus hijos, cual, unas criaturas de tan corta edad, con toda una vida por delante? ¿Como ponerse en el lugar del presunto asesino? Sería imposible, y si alguien puede es otro mal nacido, seguro, y es una afirmación. Solo leyendo cosas que inquietan, informándonos y reflexionando, podemos acercarnos algo a los demás y a nosotros mismos, pues quizás sea la única manera de dejar el mal humano, ese que igualmente pertenece a nuestro pesar, al de nuestro genero diferencial con otras especies. Aunque ni las hienas posiblemente, hagan semejantes atrocidades.
De nuevo lo siento, pero hoy aunque es un día con sol en Andalucía esta nublado para muchos. En Córdoba es sentirse en el horno del verano, lo máximo con Exija, de esta región, sino, de Europa, por sus altas temperaturas. Quizás todo sea como ese puzzle, que encajen piezas con sus piezas correspondientes, todo se iba presagiando, pues hace menos de un mes, aproximadamente cogimos los 59 grados, hay fotos que lo demuestran. Una ciudad que es un horno, quizás un lugar donde estas calderas sean propicias para que sucedan tales hechos, un sitio donde el propio diablo no se tenga que poner una cazadora, si el infierno es como lo cuentan. Un pueblo donde renacen los escombros de lo quemado, de donde esa misma palabra toma sentido irónico. Por algún motivo, vuelve la sátira punzante y mordaz, retorcida, a la memoria, de entre sus propios artistas, naturales de tal sitio, como Góngora que en nuestros tiempos cualquiera lo entiende, a no ser que seas cultísimo o quizás rarísimo. Como se lo pasaba el tío dándole caña como el canal de Intereconomía a la izquierda de nuestros tiempos. Al pobre o no tan humilde Quevedo con sus versos, su mayor enemigo. ¿Será que donde el tiempo se muestre cruel al contacto con su tierra, transforme a la persona que habita en ella, se vuelva más brutal, inhumano a la vez? El Cordobés de por si, tiene ya fama de seco, de señorito, el que más posiblemente, de toda esta alegre y maravillosa región, Andalucía, y lo dice un cordobés. Mejor no hacerme caso, aunque no mirar hacia el otro lado, el más cómodo en un día tan triste como el de hoy, pues las preguntas no tienen respuesta, y los momentos que nos esperan, horribles y oscuros, tras saber de tan trágico e incomprensible suceso, no cesarán asta que no haya un culpable. Quizás el ser más horrible que pueda existir sobre la faz de la tierra, pues ya que Zeus tenía un motivo más que indescifrable, este de los niños de Córdoba, es más que ininteligible, como pueda ser el de Zeus devorando a sus propios hijos.

1 comentario:

martina dijo...

opino lo mismo que tu...un acto que no puedo encontrarle palabras...

que Dios haga justicia!